El Barroco es un movimiento cultural que tiene
como marco histórico el proceso de desintegración del Imperio Español. Abandona la
serenidad clásica para expresar un mundo en movimiento y la agitación de los
sentidos. Por tanto, la tendencia del barroco es a la exageración y la
ostentación.
Una palabra clave de
esa cultura es el desengaño. Ello
significa el derrumbamiento del idealismo renacentista, con su amor a la vida y
su visión armónica del mundo. Lo ideal existe pero se lo ve como inalcanzable,
inaccesible. Ahora dominará una concepción negativa del mundo y de la vida.
El mundo carece de valor: es caótico, y está lleno de dolor y de peligros; la vida es inconsistente: es "una sombra, una ficción"; vivimos engañados porque hay un divorcio entre la apariencia y la realidad de las cosas; la vida es breve, fugaz: todo cambia y se nos escape; el tiempo pasa destruyéndolo todo y destruyéndonos: vivir es ir muriendo. La vida que transcurre sin sentido claro se muestra en este movimiento a través de uno de sus rasgos característicos: la acumulación de elementos. Esta acumulación también se va a dar de un modo confuso, como lo es el sentido de la vida para el hombre barroco. Por lo tanto, acumulación y confusión son dos rasgos característicos de la obra barroca. Es importante destacar que el hombre barroco no niega el sentido de la vida: sólo lo busca sin encontrarlo. Por eso, en toda obra barroca subyace un sentido, lo difícil es encontrarlo. La obra barroca es críptica y de difícil interpretación. De este modo se demuestra la fugacidad de la vida y la insignificancia del hombre, que en el Renacimiento había sido considerado el centro del universo.
El mundo carece de valor: es caótico, y está lleno de dolor y de peligros; la vida es inconsistente: es "una sombra, una ficción"; vivimos engañados porque hay un divorcio entre la apariencia y la realidad de las cosas; la vida es breve, fugaz: todo cambia y se nos escape; el tiempo pasa destruyéndolo todo y destruyéndonos: vivir es ir muriendo. La vida que transcurre sin sentido claro se muestra en este movimiento a través de uno de sus rasgos característicos: la acumulación de elementos. Esta acumulación también se va a dar de un modo confuso, como lo es el sentido de la vida para el hombre barroco. Por lo tanto, acumulación y confusión son dos rasgos característicos de la obra barroca. Es importante destacar que el hombre barroco no niega el sentido de la vida: sólo lo busca sin encontrarlo. Por eso, en toda obra barroca subyace un sentido, lo difícil es encontrarlo. La obra barroca es críptica y de difícil interpretación. De este modo se demuestra la fugacidad de la vida y la insignificancia del hombre, que en el Renacimiento había sido considerado el centro del universo.
Otro rasgo que suele definir al
movimiento Barroco es la lucha de
contrarios. La oposición de
elementos genera una tensión en la obra que la aleja totalmente de la
armonía y del equilibrio renacentista. No es casual que el juego de opuestos
constituya un rasgo casi definitorio pues refleja las inquietudes existenciales
por las que atravesaba el hombre del siglo XVII. Los contrastes más utilizados
en las obras barrocas son:
1. vida-muerte;
2. humano-divino,
3. sueño-realidad;
4. ilusión-desengaño;
5. luz-sombra
6. verdad-mentira,
7. eternidad-temporalidad,
8. valentía-cobardía,
9. espiritualidad-materialidad.
1. vida-muerte;
2. humano-divino,
3. sueño-realidad;
4. ilusión-desengaño;
5. luz-sombra
6. verdad-mentira,
7. eternidad-temporalidad,
8. valentía-cobardía,
9. espiritualidad-materialidad.