viernes, 13 de diciembre de 2013

Barroco

               El Barroco es un movimiento cultural que tiene como marco histórico el proceso de desintegración del Imperio Español. Abandona la serenidad clásica para expresar un mundo en movimiento y la agitación de los sentidos. Por tanto, la tendencia del barroco es a la exageración y la ostentación.
Una palabra clave de esa cultura es el desengaño. Ello significa el derrumbamiento del idealismo renacentista, con su amor a la vida y su visión armónica del mundo. Lo ideal existe pero se lo ve como inalcanzable, inaccesible. Ahora dominará una concepción negativa del mundo y de la vida.
El mundo carece de valor: es caótico, y está lleno de dolor y de peligros; la vida es inconsistente: es "una sombra, una ficción"; vivimos engañados porque hay un divorcio entre la apariencia y la realidad de las cosas; la vida es breve, fugaz: todo cambia y se nos escape; el tiempo pasa destruyéndolo todo y destruyéndonos: vivir es ir muriendo. La vida que transcurre sin sentido claro se muestra en este movimiento a través de uno de sus rasgos característicos: la acumulación de elementos. Esta acumulación también se va a dar de un modo confuso, como lo es el sentido de la vida para el hombre barroco. Por lo tanto, acumulación y confusión son dos rasgos característicos de la obra barroca. Es importante destacar que el hombre barroco no niega el sentido de la vida: sólo lo busca sin encontrarlo. Por eso, en toda obra barroca subyace un sentido, lo difícil es encontrarlo. La obra barroca es críptica y de difícil interpretación. De este modo se demuestra la fugacidad de la vida y la insignificancia del hombre, que en el Renacimiento había sido considerado el centro del universo.



             Otro rasgo que suele definir al movimiento Barroco es la lucha de contrarios. La oposición de elementos genera una tensión en la obra que la aleja totalmente de la armonía y del equilibrio renacentista. No es casual que el juego de opuestos constituya un rasgo casi definitorio pues refleja las inquietudes existenciales por las que atravesaba el hombre del siglo XVII. Los contrastes más utilizados en las obras barrocas son:
1. vida-muerte;
2. humano-divino,
3. sueño-realidad;
4. ilusión-desengaño;
5. luz-sombra
6. verdad-mentira,
7. eternidad-temporalidad,
8. valentía-cobardía,
9. espiritualidad-materialidad.