1.
Dedicá cinco minutos por día para
organizarte. Hacé un plan y tratá de cumplirlo.
2.
No empieces a estudiar lo más
fácil: empezá por lo más importante, y te vas a sacar de encima la ansiedad que
te produce resolverlo.
3.
Anotá las cosas que tengas que
hacer.
4.
Evitá las interrupciones cuando
decidas ponerte a estudiar: apagá el celular, cerrá el Messenger , tratá de
buscar un sitio aislado, sin conversaciones ni televisión. La concentración es
imprescindible.
5.
No insistas en estudiar cuando
estás demasiado cansado. Tratá de aprovechar tus momentos de energía, así tu
trabajo rendirá más con menos esfuerzo y tiempo.
6.
Tomate tus momentos de descanso
para recuperar energía. Puede variar según las personas, pero lo ideal sería
alternar 45 minutos de estudio con 15 de esparcimiento.
7.
No estudies con el estómago lleno
porque tu concentración es baja en esos momentos.
8.
Tenés que tener siempre todo el
material a la hora de estudiar. Si faltaste, fotocopiá las clases y averiguá
cuál es el material que se encargó.
9.
Echá una mirada previa a todo lo
que vas a estudiar. Si es mucho, dosificálo. No estudies de modo parcializado,
no pierdas la mirada de conjunto del tema. Siempre establecé relaciones, así
vas a poder entender mejor.
10.
Por supuesto, a menos que
prefieras perder el tiempo y tu capacidad intelectual, jamás memorices.
11.
Anotá o marcá todo lo que no
entiendas. Después, preguntá o consultá (profesores, compañeros, libros, sitios
de la red) Sólo así vas a poder seguir adelante. No dejes que se acumule lo que
tenés que estudiar.
¡¡¡¡¡¡Examen escrito!!!!
1. No estudiar a último momento: el cerebro no puede asimilar los conocimientos en horas, hay que darle tiempo. Las horas previas al examen sólo deben ser de repaso.
1. No estudiar a último momento: el cerebro no puede asimilar los conocimientos en horas, hay que darle tiempo. Las horas previas al examen sólo deben ser de repaso.
2. Fuera nervios, porque entorpecen la
claridad mental. Tomar el examen como una prueba de tantas que te presentará la
vida. Que te sirva para ejercitar tus “nervios de acero”.
3. Leer todo el examen para tener una
noción general de lo solicitado.
4. Asegurarte de comprender bien las
consignas.
6. Organizar un límite de tiempo para
cada respuesta.
7. Antes de entregar, revisar la
redacción, la ortografía y todos los detalles del examen en general.