lunes, 29 de abril de 2013

Neobarroco y Realismo Mágico en Cien años de soledad



La obra presenta dos aspectos destacables: por un lado, su estética y su estilística, a la que se ha dado en llamar Neobarroco; y por el otro, el subgénero al que pertenece, el Realismo Mágico.

1)      Concepto de Neobarroco 

Algunos escritores latinoamericanos del siglo XX volvieron a utilizar recursos literarios característicos del Barroco del siglo XVII. El Barroco literario se caracterizó por presentar enumeración extensa, antítesis, hipérbole, desmesura, adorno, obra dentro de la obra, proliferación., etc. Estos procedimientos de expresión intentan reflejar la naturaleza “desmesurada” del continente…
Pero sería interesante preguntarnos ¿la naturaleza del continente es “desmesurada” en sí misma? ¿O es “desmesurada” en relación con otra cosa que es “mesurada” o al menos “más mesurada”? ¿Cuál sería esa otra cosa? ¿No será que hay un ojo, una mirada, que la percibe como tal? ¿De quién es ese ojo, esa mirada? (lxs dejamos pensando).

Ahora, ilustremos estos elementos estilísticos con ejemplos extraídos de la obra.

Enumeración extensa:Era un fugitivo de cuantas plagas y catástrofes habían flagelado al género humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar, al terremoto de Sicilia y a un naufragio multitudinario en el estrecho de Magallanes.”  // ¿Qué significa enumerar? ¿Con qué otro procedimiento se relacionará la enumeración extensa? ¿Podrás explicar por qué?

Antítesis:
(…) y un parte del gobierno (…) anunció la muerte del coronel Aureliano Buendía. Pero dos días después, un telegrama múltiple que casi le dio alcance al anterior, anunciaba otra rebelión en los llanos del sur. Así empezó la leyenda de la ubicuidad del coronel Aureliano Buendía. Informaciones simultáneas y contradictorias lo declaraban victorioso en Villanueva, derrotado en Guacamayal, demorado por los indios Motilones, muerto en una aldea de la ciénaga y otra vez sublevado en Urumita.
Otro ejemplo del uso de antítesis dentro de la obra es la presentación de parejas de personajes antitéticos:
 "En la larga historia de la familia, la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones. Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un signo trágico."
Hipérbole:
“-Era el tren más largo que había visto nunca, con casi doscientos vagones de carga y una locomotora en cada extremo y una tercera en el centro. No llevaba ninguna luz (…) y se deslizaba a una velocidad nocturna y sigilosa. Encima de los vagones se veían los bultos oscuros de los soldados con las ametralladoras emplazadas. (…) –Debían ser como cuatro mil-murmuró -¿Qué? -Los muertos-aclaró él. –Debían ser todos los que estaban en la estación.”
“-Llovió cuatro años, once meses y dos días. // -Así fue. Un viernes a las dos de la tarde se alumbró el mundo con un sol bobo, bermejo y áspero como polvo de ladrillo, y casi tan fresco como el agua, y no volvió a llover en diez años.”

Espejos: el hombre del Barroco sospecha de la sustancia, para él todo es apariencia y, por ende, a la hora de hacer arte va a darle protagonismo a determinados elementos que reproduzcan la realidad en la apariencia… Si se piensa en el espejo, su función primordial es la de dar una imagen que no es real, pero que aparenta serlo.
En la obra de García Márquez encontramos este elemento usado en la construcción de: las personalidades de distintos personajes, sus nombres, la narración de determinadas escenas, el tratamiento que recibe el tiempo en la novela, etc.  

Obra dentro de la obra: típico procedimiento que aparece en obras barrocas como Hamlet, de Shakespeare, en El Quijote, de Cervantes y también en Las Meninas, el famoso cuadro de Velázquez. En Cien años de Soledad la obra que está dentro de la novela son los pergaminos de Melquíades. Sólo pueden decodificarse cuando se cumplan los cien años de la estirpe y narran, justamente, la historia de la familia Buendía, al igual que la novela de García Márquez. Para decirlo con propiedad, los pergaminos de Melquíades son la obra.

2) Concepto de Realismo Mágico (“no hay que inventar nada: la realidad latinoamericana es mágica en sí misma” -Alejo Carpentier-)

El realismo mágico o maravilloso es un estilo narrativo cuya principal característica es la de ubicar sucesos realistas y prodigiosos al mismo nivel, sin distinción y sin cambio de tono en el narrador.

Lo irracional no es asumido con inquietud o miedo por los personajes, ya que recibe el tratamiento de un elemento integrado en las fuerzas míticas o mágicas de la naturaleza, fuerzas que se aceptan como posibles en la cultura de dichos personajes. Los sucesos mágicos o maravillosos están influidos por  las mitologías y relatos tradicionales propios del mestizaje cultural americano: las culturas indígenas, africanas y europeas. Por eso, el tono de la oralidad suele tener un peso importante en muchas obras que pertenecen a este género, ya que es el modo con el cual dichos relatos suelen transmitirse. Por contrapartida, los personajes están construidos con psicologías de corte  fuertemente realista, y sus vidas transcurren entre hechos verosímiles e inverosímiles entre los que ellos no hacen ninguna distinción, así como tampoco el/la narrador/a de la obra literaria que se trate.

El antedicho mestizaje cultural y la visión que cada una de las culturas en fusión tenían de las otras fue generando una necesidad de reflejar las complejidades que lo componían; el realismo mágico es una manifestación artística que intenta relacionar, imbricar estas distintas percepciones, amalgamadas desde la postura creativa de cada autor en particular.

Es fundamental destacar que muchos de los hechos realistas propuestos son ficcionalizaciones que remiten a sucesos propios de la cultura (mandatos morales y religiosos,  relatos, supersticiones) y  la historia latinoamericanas (revoluciones, guerras de independencia, revueltas obreras, golpes de estado), cuya magnitud suele alcanzar el límite de lo inverosímil

En conclusión, el realismo mágico coloca en un plano de igualdad sucesos de distinta naturaleza: la ficcionalización de lo histórico/cultural inverosímil, lo mítico prodigioso y la ficción realista. Todos son incluidos sin distinción en la misma categoría de relato. En consecuencia, el lector  se sumerge en un mundo que no siempre es tan “mágico” o extraordinario como aparenta, y al que podrá restituir sus categorías en tanto cuente con los saberes propios de la historia y la cultura abordadas por el relato.
Es importante referenciar que la finalidad del realismo mágico es ahondar en la esencia del hombre latinoamericano, en su historia y en sus raíces.

Características básicas:

Lo irracional no produce inquietud dentro de la atmósfera ficcionalizada, pero sí, naturalmente, en el lector. 

Hay influencias de distintas mitologías y relatos tradicionales europeos, africanos e indígenas (en consonancia con el fuerte mestizaje del continente latinoamericano).

Fuerte presencia de la oralidad en la narración.

Personajes de corte psicológico realista.

Sucesos históricos y culturales (de naturaleza  inconcebible) ficcionalizados.

Sondeo de la cultura latinoamericana.


3) Fusión de Neobarroco (estilo) con Realismo Mágico (subgénero literario)

En esta elección estilística de combinar magia sobre lo real y desmesura en la forma, se funden conceptos y pasan al papel rasgos exclusivos de la naturaleza del continente, de sus plantas, animales, costumbres, historias y gente, y se forja una literatura de reivindicación de lo latinoamericano (de sus componentes indígenas, africanos, blancos, y del mestizaje que surgió de estas etnias) que va a tener reconocimiento mundial[1] y que, por lo tanto, será una marca de identidad artística del continente, capaz de influenciar a posteriores generaciones de artistas, hasta la actualidad.
Es importante destacar que, con el surgimiento de esta nueva estética, Latinoamérica hace un movimiento de emancipación cultural porque ya no le pide a Europa que le dé las directivas de cómo debe ser su arte, y no sólo no lo hace, sino que genera, por  segunda vez (la primera fue con el Modernismo de Rubén Darío, a fines del siglo XIX y principios del XX) una estética que influenciará a artistas del viejo continente.

En Cien años de soledad pueden leerse reivindicaciones constantes de “la esencia de lo latinoamericano”, por ejemplo la defensa del matriarcado, en personajes como Úrsula, Petra Cotes, etc. que es un sistema de organización social propio de algunas culturas indígenas precolombinas. Otra revalorización es la del mestizaje étnico y cultural.
Costumbres, medicinas, creencias, supersticiones, cosmovisiones, etc. que el hombre blanco, conquistador, intentó acallar aparecen en esta novela con fuerza y vida, revaloradas.

Ejemplos que ilustran el subgénero
Aureliano, el primer ser humano que nació en Macondo, iba a cumplir seis años en marzo. Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos.”
“Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro.”


4) Lo arcaico y lo mágico en la novela

Lo arcaico y lo mágico en la novela son elementos recurrentes, propios, como queda dicho, del realismo mágico.

Mircea Eliade, en El mito del eterno retorno, ha investigado sobre la mirada que las culturas arcaicas tienen sobre la idea del tiempo. Hemos transcripto y adaptado algunos conceptos de este autor para que puedas tener algunos conceptos sobre el tratamiento que García Márquez da a lo arcaico y lo mágico


Tiempo: El hombre arcaico no conoce ningún acto que no haya sido planteado y vivido anteriormente por otro. Lo que él hace, ya se hizo. Su vida es la repetición ininterrumpida de hazañas inauguradas por otros.
Pues el cosmos y el hombre son regenerados sin cesar y por todos los medios, el pasado es consumido, los males y los pecados eliminados, etc. Diversos en sus fórmulas, todos esos instrumentos de regeneración tienden hacia la misma meta: anular el tiempo trascurrido, abolir la historia mediante el regreso continuo del “en aquel tiempo”, por la repetición del acto cosmogónico. (Cosmogonía: Relato mítico relativo a los orígenes del mundo)
Cada vez que la vida se halla amenazada y que les parece que el Cosmos está agotado y vacío, algunas civilizaciones sienten la necesidad de un retorno “hacia el principio”, esperan la regeneración de la vida cósmica, no de una “reparación”, sino de una “recreación” de esa vida.
La vida del hombre arcaico no registra la irreversibilidad, no tiene en cuenta lo que es precisamente característico y decisivo en la conciencia del tiempo. El primitivo vive en un continuo presente.

Muertos: la creación del mundo se produce, pues, cada año. Esa eterna repetición del acto cosmogónico, que transforma cada Nuevo Año en inauguración de una Era, permite el retorno de los muertos a la vida y mantiene la esperanza de los creyentes en la resurrección de la carne. (…) Los muertos vuelven con sus familias (y a menudo vuelven como “muertos vivos”) en los alrededores del Año Nuevo, y denotan la esperanza de que en ese momento mítico en que el mundo es aniquilado y creado, es posible la abolición del tiempo. Entonces los muertos podrán volver, pues todas las barreras entre muertos y vivos están rotas y volverán, puesto que en ese instante paradójico el tiempo estará suspendido y podrán ser de nuevo contemporáneos de los vivos.

Casa: una “nueva era” se abre con la construcción de cada casa. Toda construcción es un “principio absoluto”, es decir, tiende a restaurar el instante inicial, la plenitud de un presente que no contiene traza alguna de “historia”. (…) Lo que importa es que el hombre sintió la necesidad de reproducir la cosmogonía en sus construcciones, que esa reproducción lo hacía contemporáneo del momento mítico del principio del Mundo. (…) La “nueva era” estaba marcada por una construcción y se traduce en una “nueva etapa” de quienes van a habitar la casa.

Fertilidad: Se llevaban a cabo orgías en los pueblos primitivos, de preferencia en los momentos críticos de la cosecha. Se creía que los excesos sexuales ejercían influencia mágica sobre la cosecha venidera.

Agua: Los lazos muy estrechos entre las ideas de la creación por el agua (cosmogonía acuática, diluvio que regenera periódicamente la vida histórica, lluvia), el nacimiento y la resurrección, se hallan confirmados por esta sentencia del Talmud: “Dios tiene tres llaves: la de la lluvia, la del nacimiento, la de la resurrección de los muertos”.
Lluvia: el diluvio o la inundación ponen fin a una humanidad agotada y pecadora, y una nueva humanidad regenerada nace, habitualmente de un “antepasado” mítico, salvado de la catástrofe.

Tiempo: las cosas se repiten hasta lo infinito y en realidad nada nuevo ocurre bajo el sol. Pero esa repetición tiene un sentido: sólo ella confiere una realidad a los acontecimientos. Además, a causa de la repetición, el tiempo está suspendido, o por lo menos está atenuado en su aspereza. (…) Para Hegel, la historia es “libre” y siempre “nueva”, no se repite (…) A esa historia que no se repite, Hegel opone la “Naturaleza”, en la que las cosas se reproducen hasta el infinito. Pero hemos visto que, durante un lapso bastante extenso, la humanidad se opuso por todos los medios a la “historia” ¿Podemos sacar en conclusión que durante todo ese período la humanidad permaneció en la Naturaleza, sin apartarse de ella? “Sólo el animal es inocente” escribió Hegel. Los primitivos no se sentían inocentes, pero intentaban volver a serlo por la confesión periódica de sus faltas. ¿Es lícito ver, en esa tendencia a la purificación, la nostalgia del paraíso perdido de la animalidad?

 

Ahora que leíste estos conceptos arcaicos acerca de la vida en general, queremos que pongas como mínimo dos ejemplos de cómo cada uno de estos conceptos aparecen en la novela de García Márquez.



[1] En la década de los ´60 surgió un fenómeno denominado “Boom”. Consistió en una gran apertura de marcado para muchos escritores latinoamericanos, cuyas obras empezaron a venderse en cantidad y a alcanzar un reconocimiento tanto local como mundial.