jueves, 15 de septiembre de 2011

ALGUNOS SUBGÉNEROS LITERARIOS


Para pensar estos distintos tipos de subgéneros literarios, debemos concentrarnos en que toda obra literaria lleva a cabo la representación de un mundo (aunque el relato con el que nos encontremos sea corto, y transcurra en una sola escena, todo lo relatado tiene que estar inmerso en un mundo, en una atmósfera determinada). Ahora bien, esta representación, dentro del amplio abanico de la literatura, puede darse de distintas formas. Puede tratarse de mundos más o menos parecidos al mundo en el que vivimos, y en este “parecerse más o menos” podemos determinar algo así como una escala de subgéneros literarios que irían de un mayor a un menor parecido con el mundo real.
Veamos las principales características de cada uno de estos diferentes subgéneros literarios[1]. 

REALISMO: El realismo se propone reproducir la realidad lo más fielmente posible. 
Por lo tanto, los ambientes que se describen constituyen un universo reconocible para el lector. El efecto o la ilusión de realidad se logran al describir de manera precisa y detallada los ambientes donde suceden los hechos.
En los relatos realistas la realidad se muestra como la perciben los personajes (o el narrador, o el narrador / personaje), que son exponentes de una época, una clase social y una determinada región geográfica.
Estos relatos también pueden ser caracterizados por la ausencia de acontecimientos sobrenaturales, anormales e irreales.

EXTRAÑO: En los relatos denominados “extraños”, hay presencia de hechos, sucesos, seres, etc. sobrenaturales, pero estas situaciones se dan dentro de una atmósfera similar a la del mundo en el que vivimos los lectores y todos estos sucesos, seres, etc. sobrenaturales reciben, al final del relato, una explicación racional, acorde a las leyes naturales de nuestro mundo real. Puede haber vacilación en los personajes, y por ende, en el lector, pero al fin la duda encuentra, a diferencia de los relatos fantásticos, una respuesta satisfactoria y racional.

FANTÁSTICO: En los relatos fantásticos se parte, por lo general, de una situación natural, normal, para desembocar en una situación sobrenatural, anormal. Es común que, en estos relatos, exista un momento (o más de uno) en el que el narrador o personaje se enfrenta a la duda que oscila entre diferentes opciones: otorgarle al suceso experimentado una explicación racional; no otorgarle ninguna explicación, ya que no la tendría (o no se la encuentra); otorgarle una explicación también sobrenatural. Por lo general esta duda se instala no sólo en la mente del personaje, sino también en la del lector.  

MARAVILLOSO: Estos relatos suelen narrar sucesos que transcurren en mundos cuyas leyes son totalmente diferentes de las leyes del mundo en el que vivimos.  Habría, entonces, presencia de seres, lugares, hechos, etc. “sobrenaturales” (dragones, hadas, animales que hablan, etc.) pero que dentro de la representación “maravillosa” no lo son. En este tipo de mundos, estos seres y hechos, son “naturales”. No se produce, entonces, vacilación ni en el narrador, ni en los personajes, etc. acerca del nivel de realidad de los fenómenos. Por ende, tampoco se produce vacilación en el lector, porque éste se entrega a leer con naturalidad esta representación de mundo.



[1] Nota: Es importante que estos criterios nos sirvan a los lectores para entender distintos mundos literarios y no para meramente “encasillar” a cada texto en un subgénero. Asimismo, hay que tener en cuenta que muchos relatos combinan varios subgéneros distintos, y que otros no pueden “ubicarse” dentro de ninguna clasificación.